Con una Cuba, donde los niños y las niñas:
No tengan que ofrecer su cuerpo a un forastero por un helado, o una medicina.
No aprendan en las escuelas a odiar a quien piense diferente.
No quieran ser como el asesino Che.
Canten, en escuelas y actos, un solo himno: el de Perucho Figueredo.
No sean politizados.
Vuelvan a esperar con ilusión la llegada de los Reyes Magos.
Tengan juguetes.
Desayunen.
Merienden.
Almuercen.
Merienden.
Coman.
Ingieran jamón, chorizo, pavo, filetes de carne vacuna o de cerdo, mariscos, quesos.
Siempre cuenten con leche, pan, mermelada, chocolate, frutas, verduras y caramelos.
Recen el Padrenuestro.
Puedan viajar con sus padres, o familiares, a cualquier país del mundo.
Posean ordenadores.
Sueñen con ser campeones mundiales, en competiciones de deportistas profesionales.
Amen a la familia.
Adoren a la Patria.
Jamás sean obligados a loar a un caudillo, o a dos.
No vean partir al padre, disidente, a la cárcel.
No vean partir al padre al exilio, sin saber si lo volverán a ver.
No partan con el padre al exilio, sin saber si retornarán a su tierra.
Crezcan en una casa digna.
Asistan, en la isla, a ver carreras de caballos, galgos, motos, o de Fórmula 1.
No anhelen estudiar para ser extranjeros.
Reciban la noticia, un próximo amanecer, de que Fidel y Raúl están presos, o muertos.
Disfruten del derecho a soñar.
Nota: Si el lector desea agregar otros sueños para los niños cubanos, por favor, agréguelos en comentarios.
Autor: Héctor Peraza Linares
hector.peraza.linares@hotmail.com
www.hectorperaza.blogspot.com
Madrid, 13 de Noviembre de 2010
sábado, 13 de noviembre de 2010
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