domingo, 18 de junio de 2017

DANDO Y DANDO


Autor: Héctor Peraza Linares
Madrugada del 19 de junio de 2017
Madrid

En la niñez, los niños de Quivicán, como todos los fiñes del mundo, hacíamos negocios los unos con los otros. Por ejemplo, si tenías dos trompos, le decías a otro que tenía dos revólveres de fulminante:

Te cambio un trompo por uno de tus revólveres.

Si el otro aceptaba el cambio, éste cogía uno de sus revólveres por la culata, mientras el otro agarraba uno de sus trompos con una mano. Ambos, a la vez, con tremenda desconfianza y precaución, acercaban lentamente, el uno hacia el otro, la mano que contenía el objeto a negociar. Los dos, que, en el  futuro, casi seguro hubiesen sido magníficos y exitosos  negociantes, si no hubiese llegado el castrismo a Cuba, proferían, a coro, una escueta frase,  jurídica y éticamente moral, y a prueba de todos los convenios internacionales entre países, que era la siguiente:

¡DANDO Y DANDO!

El pasado 16 de junio, en su histórico y emotivo discurso pronunciado ante cientos de cubanos en Miami, el presidente Trump, ha puesto el punto sobre las íes en la nueva política que su administración llevará a cabo con el régimen de La Habana, destinada a empoderar al pueblo cubano, y a presionar a la dictadura que lo oprime desde hace casi sesenta años, para que, entre otras cuestiones de principios, permita la constitución de nuevos partidos, autorice y promueva la celebración de elecciones libres, libere a los presos políticos, y restablezca la libertad de expresión y de reunión.

En mi opinión, la Unión Europea, que el próximo mes de julio cerrará, con la firma de los 27, el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con La Habana, debe tener muy en cuenta, la frase que los niños de Quivicán, y Trump, utilizamos en una negociación 
trascendental:

¡DANDO Y DANDO!

  

sábado, 10 de junio de 2017

SILVIO RODRÍGUEZ Y LA JOFAINA DE DON QUIJOTE

SILVIO RODRÍGUEZ
Y LA JOFAINA
DE DON QUIJOTE
¡Eh!
Oye, tú,
Silvio,
sí, tú,
Silvio Rodríguez,
claro que no me recuerdas.
Te entrevisté una vez
para Trabajadores.
Una pista:
fue cuando
el Onceno Festival
de la Juventud
y los Estudiantes
que tendría lugar
en Finlandia.
¿Lo recuerdas?
No.
Seguro que no,
porque hace cuatro,
casi cuatro
décadas,
de eso,
y tú tienes
muy mala memoria.
Ni siquiera te acuerdas
de cuando cantabas:
Ojalá.
Tú, cubano.
Yo, cubano.
Tú, artista.
Periodista, yo.
Hace cuatro décadas
logré quitarme la venda,
la oscura venda,
que tapaba mis ojos,
que, quizás,
sigue tapando
los tuyos,
a no ser
que no quieres ver,
o no te conviene ver,
o ves,
y dices que no ves,
lo que ves,
y dices ver
lo que no ves,
como un artista
cobarde
que hace huir
su arte de la realidad,
y lo refugia
en el lodo
que acompañará
tu epitafio popular.
Estás a tiempo,
aún,
de sacudirte
el polvo
del viejo camino,
de reivindicarte
con nuestro pueblo;
no sólo con el nuestro,
también con lo mejor,
lo más puro,
del pueblo venezolano.
Quizás, más bien
ojalá,
te preguntes:
¿Cómo?
Una mañana,
mira cómo sale el sol
en el horizonte,
carga tu arte
en la jofaina
de Don Quijote,
espolea a Rocinante,
y hazlo galopar,
como Diana López,
en pos
de la Libertad
de Cuba y Venezuela.
Héctor Peraza Linares
heperli51@gmail.com