jueves, 5 de febrero de 2009

PARODIA




NO TENGO

(PARODIA DE “TENGO”, DE NICOLÁS GUILLÉN)


Autor de la parodia: Héctor Peraza Linares
Periodista, escritor humorista.
Ex preso político cubano exiliado en España.
http://www.hectorperaza.blogspot.com
hector.peraza.linares@hotmail.com
Madrid, 4 de febrero de 2009




(La parodia la escribí a comienzos de 1997. Por esa fecha fue transmitida a Cuba por las ondas de Radio Martí, con mi propia voz. La leí, recién escrita, a los miembros del Comité Ejecutivo del Partido Solidaridad Democrática, a cuya dirección tuve el honor de pertenecer, en reunión que tuvimos en una casa del Vedado. La publicó la revista Carta de Cuba, en su edición correspondiente a la primavera de 1998. Han pasado once años. En lo fundamental, su contenido mantiene una lamentable actualidad. No le he hecho ninguna modificación).




Cuando me veo,
si no hay un apagón,
y toco.
Yo, Juan con algo no más ayer,
y hoy Juan sin nada,
sin nada que comer
sin una guagua que coger,
vuelvo los ojos,
miro,
me veo y toco.
¡Gracias a Dios
la corriente volvió!
Y me pregunto cómo ha podido ser.

No tengo, vamos a ver,
no tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de lejos lo que antes
tuve, o podría llegar a tener.
Zafra no puedo decir,
(las cañas tienen anemia),
monte no puedo decir,
a cambio me dirán:
¡No te montes!
El camello, repleto,
partirá, quedaré en la parada
otras cuatro horas más.
¡Y qué hambre tengo!
¡Y qué debilidad tengo!
Tengo,
que tengo que estar,
en la parada,
otras cuatro horas más.
¡Con la fatiga que tengo!

No tengo, vamos a ver,
no tengo el gusto de ir,
yo, bisnero, merolico,
gente que la lucha,
no tengo el gusto de ir
en bicicleta china (es un ejemplo)
a un banco del parque Trillo,
y hablar con mis amigos
de lo dura que está la cosa,
hablar con mis amigos
de lo mala que está la calle,
no porque estén llenas de baches,
lo cual es totalmente cierto,
más bien
porque en cualquier esquina
te pueden dar un trancazo,
y robarte los calzoncillos
(excepto si son “mata-pasiones”),
hablar con mis amigos,
los que no se han podido ir,
no en ruso,
ni en mandarín,
sino decirles hermanos,
como dice la oposición.

No tengo, vamos a ver,
que siendo un negro,
un blanco o un mulato
cualquiera me puede detener,
por culpa de un chivato,
a la salida de un pueblo de campo,
por llevar una arroba de malanga,
cambiada a un campesino
por un par de tenis “Addidas”.
O bien a la entrada de un hotel,
gritarme que no puedo entrar,
que para mí no hay una pieza,
una mínima pieza y no
una pieza colosal,
una pequeña pieza donde
yo pueda descansar,
del agotamiento que tengo
de tanto pedalear,
¡Gritarme que no puedo entrar!
Las jineteras todas
las acaban de reservar.

No tengo, vamos a ver,
ni Navidad,
ni Reyes Magos,
no tengo ilusiones,
ni sindicatos que chillen,
que rujan y muerdan,
ni dos, o tres, o cuatro candidatos
entre los cuales decir:
tin marín de dos por tres
ni un periódico donde leer
lo que quisiera leer,
no lo que
tengo
que leer,
ni sobre todo, paciencia,
para escuchar o ver,
a quien no se cansa de decirme,
lo que tengo que pensar,
lo que tengo que decir,
lo que tengo que creer

Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a desobedecer,
a protestar,
tengo que ya aprendí a resistir,
y a luchar,
y a exigir.
Tengo que ya no tengo
donde trabajar,
(a no ser en un timbirichi),
y ganar
lo que no tengo que comer.

No tengo, vamos a ver:
¡No tengo lo que tenía que tener!








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