RAÚL, MORATINOS Y LA BRUJERÍA Por: Héctor Peraza Linares
Madrid, 21 de octubre de 2009
Madrid, 21 de octubre de 2009
Moratinos: Compañero presidente, traigo una misión muy importante que me ha encargado Zapatero.
Raúl: Lo que sea, cuando sea, y pa’ lo que sea, señor Ministro. Claro está, siempre que no sea pa’ que libere a los trescientos presos políticos, pa’ que haga elecciones libres, o pa’ que respete aquí los Derechos Humanos.
Moratinos: Tranqui, tranqui, compañero presidente. Nada de eso, por supuesto, es lo que quiere mi presi. Zapatero lo que quiere es que usted me lleve a un brujo.
Raúl: ¿Pa’ qué carajo quiere eso Zapatero?
Moratinos: Para que, mediante alguna brujería, suban las intenciones de voto de los españoles al PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL. Debe saber que, en las últimas encuestas, el Partido Popular, a pesar de estar dirigido por el inepto de Mariano Rajoy, nos lleva casi diez puntos de ventaja.
Raúl: Eso es pan comío, señor ministro. Ahora mismo le resuelvo ese problema. Espere aquí un momento. En seguida regreso.
Raúl se ausenta durante unos veinte minutos. Al cabo de ese tiempo aparece todo vestido de blanco, acompañado de un chivo. Porta, además, una gallina prieta debajo del brazo izquierdo, un pañuelo rojo que le cuelga de uno de los bolsillos del pantalón, varios mazos de diferentes hierbas, un gran habano encendido, una botella de chispetrén, una docena de caracoles y un coco. Del cuello le cuelga un collar hecho con cascarones de huevos. Moratinos, al verlo, exclama asombrado:
Moratinos: ¡Compañero presidente! ¡No me lo puedo creer! ¿Además de presidente de Cuba y de Comandante en Jefe, es usted …?
Raúl: Así mismito es, señor ministro. ¡Soy el brujo de la Revolución!
Raúl se suena un largo trago de chispetrén, le da un chuponazo al tabaco, expulsa el humo por la boca, escupe en la calva de Moratinos, y le dice:
Raúl: ¡Ése es el gran secreto de nuestra Revolución Socialista Marxista-Leninista- Brujista!
Moratinos: (perplejo) ¿Es por eso que usted y su hermano, o viceversa, que su hermano y usted, se han podido mantener durante más de cincuenta años en el poder?
Raúl: ¡Sirilo! – le responde Raúl, que baila y canta a ritmo de guaguancó:
Soy el brujo
de la Revolución,
bebo orujo
y erupto tiburón.
Moratinos se contagia y comienza también a contorsionarse. Se tira por el suelo. Parece poseído por algún espíritu. Raúl le pasa la gallina prieta por el cuerpo y vocifera, mientras mata al chivo de una puñalada:
Raúl: ¡La sangre de este animal la ofrendo a ti, Satanás, padre querido, pa’ que me digas qué debe hacer el hermano Zapatero pa’ conseguir que los españoles quieran votarle más a él que al líder del PP!
A Moratinos le entran convulsiones. Los ojos se le cierran. Se da golpes en el pecho. Be be de la sangre del chivo. La gallina prieta pone un huevo prieto. El ministro canta a pleno pulmón:
Moratinos: ¡KI-KI-RI-KIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Raúl escacha el huevo en la frente del ministro de Exteriores del Reino de España. Le corta la cabeza al chivo y también a la gallina prieta. Levanta en vilo a Moratinos. Para sacarlo del trance, le pega un puñetazo en la nariz. A continuación le ata al cuello las cabezas del chivo y de la gallina prieta, y le dice:
Raúl: ¡Siá, caray! ¡Misión cumplida, señor ministro! Envuelva estas hierbas, este coco, esta docena de caracoles, y las dos cabezas que cuelgan de su cuello, en este pañuelo rojo, y llévele todo eso a Zapatero.
El ministro envuelve las hierbas, el coco, los caracoles y la cabeza del chivo y la de la gallina prieta en el pañuelo rojo.
Moratinos: ¿Qué debe hacer mi presidente con esto?
Raúl: Dígale que meta ese “trabajo” en una olla, y lo cocine a fuego lento durante cincuenta horas. Cada hora de cocción le dará a su presidente un año en el poder.
Moratinos: (sonriente) ¿Cincuenta horas dándole candela a la olla, significarán cincuenta años de Zapatero como presidente de España?
Raúl: Así mismito es, señor ministro.
Moratinos: ¿Y cuánto nos cobrará usted por esta brujería, compañero presidente?
Raúl: La voluntad.
Moratinos le entrega a Raúl un cheque por 37 millones de euros…
Raúl: Lo que sea, cuando sea, y pa’ lo que sea, señor Ministro. Claro está, siempre que no sea pa’ que libere a los trescientos presos políticos, pa’ que haga elecciones libres, o pa’ que respete aquí los Derechos Humanos.
Moratinos: Tranqui, tranqui, compañero presidente. Nada de eso, por supuesto, es lo que quiere mi presi. Zapatero lo que quiere es que usted me lleve a un brujo.
Raúl: ¿Pa’ qué carajo quiere eso Zapatero?
Moratinos: Para que, mediante alguna brujería, suban las intenciones de voto de los españoles al PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL. Debe saber que, en las últimas encuestas, el Partido Popular, a pesar de estar dirigido por el inepto de Mariano Rajoy, nos lleva casi diez puntos de ventaja.
Raúl: Eso es pan comío, señor ministro. Ahora mismo le resuelvo ese problema. Espere aquí un momento. En seguida regreso.
Raúl se ausenta durante unos veinte minutos. Al cabo de ese tiempo aparece todo vestido de blanco, acompañado de un chivo. Porta, además, una gallina prieta debajo del brazo izquierdo, un pañuelo rojo que le cuelga de uno de los bolsillos del pantalón, varios mazos de diferentes hierbas, un gran habano encendido, una botella de chispetrén, una docena de caracoles y un coco. Del cuello le cuelga un collar hecho con cascarones de huevos. Moratinos, al verlo, exclama asombrado:
Moratinos: ¡Compañero presidente! ¡No me lo puedo creer! ¿Además de presidente de Cuba y de Comandante en Jefe, es usted …?
Raúl: Así mismito es, señor ministro. ¡Soy el brujo de la Revolución!
Raúl se suena un largo trago de chispetrén, le da un chuponazo al tabaco, expulsa el humo por la boca, escupe en la calva de Moratinos, y le dice:
Raúl: ¡Ése es el gran secreto de nuestra Revolución Socialista Marxista-Leninista- Brujista!
Moratinos: (perplejo) ¿Es por eso que usted y su hermano, o viceversa, que su hermano y usted, se han podido mantener durante más de cincuenta años en el poder?
Raúl: ¡Sirilo! – le responde Raúl, que baila y canta a ritmo de guaguancó:
Soy el brujo
de la Revolución,
bebo orujo
y erupto tiburón.
Moratinos se contagia y comienza también a contorsionarse. Se tira por el suelo. Parece poseído por algún espíritu. Raúl le pasa la gallina prieta por el cuerpo y vocifera, mientras mata al chivo de una puñalada:
Raúl: ¡La sangre de este animal la ofrendo a ti, Satanás, padre querido, pa’ que me digas qué debe hacer el hermano Zapatero pa’ conseguir que los españoles quieran votarle más a él que al líder del PP!
A Moratinos le entran convulsiones. Los ojos se le cierran. Se da golpes en el pecho. Be be de la sangre del chivo. La gallina prieta pone un huevo prieto. El ministro canta a pleno pulmón:
Moratinos: ¡KI-KI-RI-KIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Raúl escacha el huevo en la frente del ministro de Exteriores del Reino de España. Le corta la cabeza al chivo y también a la gallina prieta. Levanta en vilo a Moratinos. Para sacarlo del trance, le pega un puñetazo en la nariz. A continuación le ata al cuello las cabezas del chivo y de la gallina prieta, y le dice:
Raúl: ¡Siá, caray! ¡Misión cumplida, señor ministro! Envuelva estas hierbas, este coco, esta docena de caracoles, y las dos cabezas que cuelgan de su cuello, en este pañuelo rojo, y llévele todo eso a Zapatero.
El ministro envuelve las hierbas, el coco, los caracoles y la cabeza del chivo y la de la gallina prieta en el pañuelo rojo.
Moratinos: ¿Qué debe hacer mi presidente con esto?
Raúl: Dígale que meta ese “trabajo” en una olla, y lo cocine a fuego lento durante cincuenta horas. Cada hora de cocción le dará a su presidente un año en el poder.
Moratinos: (sonriente) ¿Cincuenta horas dándole candela a la olla, significarán cincuenta años de Zapatero como presidente de España?
Raúl: Así mismito es, señor ministro.
Moratinos: ¿Y cuánto nos cobrará usted por esta brujería, compañero presidente?
Raúl: La voluntad.
Moratinos le entrega a Raúl un cheque por 37 millones de euros…
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