jueves, 29 de abril de 2010
Autor: Héctor Peraza Linares
Madrid, 21 de marzo de 2010
La Habana es un hervidero de gente. En sus calles, parques y edificios sólo se escuchan gritos y consignas. Jóvenes soldados y oficiales disparan al aire sus pistolas y ametralladoras. El día más temido por Raúl ha llegado: el pueblo pide su cabeza y la de su hermano. Fidel, que ha perdido completamente el juicio, repite una y otra vez:
- ¡I’am not communist!
Raúl y Fidel están solos. Cientos de miles de personas rodean el edificio donde ambos se encuentran.
-Compañeros y compañeras – comienza a decirle Raúl a la enardecida muchedumbre – la revolución hoy es más fuerte que nunca… - los gritos de la multitud no le permiten continuar el discurso.
El representante de la muchedumbre allí congregada, se le acerca, y le espeta a la cara:
-¡Tú y Fidel son unos asesinos, y hoy los vamos a ajusticiar!
- ¡Viva Torquemada! – se oye decir a Fidel.
¡Mueran los Castro! – Grita la multitud.
¡Viva Margaret Thatcher! ¡Abajo el IRA! – proclama Fidel, desde su lecho de enfermo.
-¡Cállate Fidel! – Le ordena Raúl.
Fidel, que en su letargo no escucha a Raúl, chilla:
- ¡Viva la inquisición!
Raúl llora y le suplica, arrodillado, al enardecido gentío:
-¡Tengan piedad de nosotros, que somos dos ancianitos!
- ¡Tiemblen los tiranos ante hombres que son capaces de morir por sus ideas! proclama Fidel, apuntando con el dedo índice de su mano derecha hacia el techo. Acto seguido pregunta: - ¿Voy bien, Camilo?
Al escucharlo, Raúl, indignado, le grita:
- ¡No menciones a ese tipo, que tú me ordenaste que lo matara!
- ¡Vivan Camilo y Hubert Matos! – manifiesta Fidel, mientras trata de sentarse en la cama.
El representante del pueblo allí reunido, ya no es un hombre. Es una mujer vestida de blanco, que porta una flor en una de sus manos. La mujer se le acerca. Raúl confunde la flor con una ametralladora. La Dama de Blanco le apunta al pecho con la flor, y le exige la libertad de los presos de conciencia.
Raúl le ruega:
- ¡No dispare! ¡Le prometo que ahora mismo voy a liberar a todos los presos políticos!
- ¡Abajo Chávez! ¡Viva Bush! – Vocifera Fidel, mirando fijamente a la Dama de Blanco.
En ese momento aparece en escena el fantasma de Nicolae Ceausescu, con el cuerpo ensangrentado de pies a cabeza. El ex dictador de Rumanía, bamboleándose, se acerca a Raúl, y le susurra al oído:
- No te preocupes. Ni tú ni Fidel morirán, por ahora, porque tú puedes hacer lo que no pude realizar yo cuando soldados del pueblo rumano nos ajusticiaron, a tiros, a Elena y a mí, el 25 de diciembre de 1989.
La Dama de Blanco vocea un nombre, que corea repetidas veces la multitud:
¡Viva Orlando Zapata Tamayo!
¡Viva Hitler! – Brama Fidel.
Raúl, tranquilizado por lo que puede hacer que no pudo llevar a cabo Ceausescu, deja de llorar. Ríe socarronamente, se da un trago de ron, y les manifiesta, recuperando su tono autoritario, al representante del pueblo y a la Dama de Blanco:
- Ja-ja-ja, bien aconsejado por el camarada Ceausescu, voy a urdir algo que les impedirá ajusticiarnos a Fidel y a mí, y que me permitirá mantener en las cárceles a los presos políticos.
- ¿Qué? – le preguntan la Dama de Blanco y el representante del pueblo cubano.
- Despertarme – les responde Raúl.
Y, tras un largo ronquido, se despierta.
miércoles, 3 de marzo de 2010
LA OBRA INMORTAL DE ZAPATA

lunes, 1 de marzo de 2010
domingo, 21 de febrero de 2010
¡SE ACABÓ EL COMUNISMO EN CUBA!

viernes, 5 de febrero de 2010
SATIRA

-¿Qué deseas ser en la vida?
Me preguntó la secretaria a cargo de la oficina de las mujeres encinta, una hormiga con la cabeza tan grande como una pelota de béisbol.
-Deseo ser un árbol con piernas.
Mi madre y yo fuimos portada de la generalidad de los medios de comunicación del mundo entero. Algunos de los titulares:
MUJER DA A LUZ UN PINO-NIÑO O UN NIÑO-PINO
MADRE DE UN HIJO DE MADERA
NACE UN ÁRBOL HUMANO
SEÑORA DE CARNE Y HUESO PARE TRONCO CON PATAS
Llegó una ginecóloga de fama mundial en Puerta de Golpe, Baracoa y Santiago de las Vegas, y dijo:
- Lo siento. No se le puede hacer cesárea a esta mujer porque lo que tiene en su vientre es un fenómeno.
- Cuando la ginecóloga se marchó, la partera, que conocía perfectamente la existencia de una Ley, promulgada en Madrid por el rey Carlos III el 7 de Agosto de 1749 en virtud de la cual el monarca ordenaba realizar la cesárea a toda mujer muerta durante la preñez, le tomó el pulso a mi madre y, equivocadamente, pensó que mi futura progenitora había fallecido. Sacó una navaja siciliana del bolsillo, la afiló en las suelas de sus zuecos de madera, abrió lo que tenía que abrir y, en el acto, salí yo.
- ¡Es un tronco de niño! – Exclamó entusiasmada la comadrona.
Nací un 14 de abril. De ahí que haya asumido como mía la copla que compuso y cantaba, a fines del siglo XIX en Málaga, Trini la Cantaora, a quién un famoso médico malagueño, mediante una arriesgada operación, le había salvado la vida. Nuestra copla dice así:
No se borra de mi mente
el día 14 de abril,
no se borra de mi mente,
y siempre tendré presente
que en ese día me vi,
a las puertas de la muerte...
Una vez nacido, la hormiga asomó su cabezota, movió sus pares de patas diciéndome adiós, y la vi perderse en el interior del mismo hueco por el que yo acababa de salir al mundo.
- Hijo mío, vivirás muchos siglos, si no te fulmina un rayo – fue lo primero que me dijo mi madre mientras se cosía el vientre con el cordón de uno de mis zapatos.
Clavó sus ojos en uno de los dos huecos que un pájaro carpintero había taladrado en la parte superior de mi tronco. Eran mis ojos. Lanzó un suspiro y, tras tomarse una sopa de piedras que le había traído la partera, me dice:
- Mañana irás a la escuela.
Solté el chupete de mango filipino y le dije:
-¡No iré a la escuela!
- ¿Por qué, tronquito mío?
- ¡Porque si voy, el gobierno comunista me decomisará los zapatos!
Madrid 24 de febrero de 2007