TIA, TIO O EL ASERE DE MADRID
POR HECTOR PERAZA LINARES
Hace unos días, en el interior de un autobús de Madrid, mientras viajaba en dirección a mi casa, escuché está interesante, culta y muy representativa conversación entre dos jóvenes:
- ¡No, tía!
- ¡Sí, tío!
- Pero..., tía....
- Qué sí, tío.
- No te creo, tía.
- ¿Eres tonto, tío?
- No tía...ej que, tía...
- Ná tío. Es así, tío.
- Mira, tía, tía...
- ¡Qué sí, tío, tío!
- ¡No te pases tía, tía tía!
- ¿Qué te crees, tío, tío, tío?
- ¡Tía...!
- ¿Qué te pasa, tío?
- No me pasa ná, tía.
- Allá tú, tío.
- ¡Ej mu fuerte, tía!
- ¡Joer, tío, tío, tío! ¡Tienes un morro que te lo pisas, tío!
- Tía, no te creo, tía.
- ¡Tás tonto, tío!
- ¡Qué no pué ser, tía! ¡Qué no, tía!
- ¡Qué sí, tío! ¡No me toques las narices, tío!
- ¡Qué no, tía!
- Tío... ¡qué te suelto el rollo, tío!
- ¡Suéltalo, tía!
- ¡Qué a la tía la pillaron con un tío!
- ¿Con un tío, tía?
- ¡Con un tío, tío!
- ¿Quién te soltó el rollo, tía?
- ¡Javier, tú tío, tío!
- ¿Javier, mi tío, tía?
- Él mimito, tío.
- ¿Qué me dices, tía?
- ¡Eso, tío! ¡Qué a la tía, Javier, tu tío, que está con la tía de la tía, la pilló con un tío!
- Tía ¿A la tía de la tía, tía?
- No, tío. ¡A la tía, tío!
- Tía ¿a la tía de la tía, o a la tía, tía?
- ¡A la tía, tío! ¡A la tía, tío, tío!
- ¡Ah, tía! ¿Y cómo pilló Javier, mi tío, a la tía con un tío, tía?
- ¡Qué no te enteras, tío! Ej que la tía se lo dijo a la tía, tío.
- Tía, qué mestás machacando, tía. ¿Qué tía a qué tía, tía?
- ¡La tía de la tía que está con Paco, tu otro tío, se lo dijo a la tía de la tía que está con Javier, tu tío, tío!
- ¡Ej mu fuerte, tía! ¡Mu fuerte! ¡Mu fuerte! ¡Qué caradura la tía, tía! ¿Y podqué la tía que está con Paco, mi tío, tía, no se lo dijo a Javier, mi tío, tía?
- ¡Podque la tía de la tía que está con Paco, tu tío, también está con el tío que está con la tía y como la tía de la tía estaba celosa podque ese tío estaba con la tía, ella se lo dijo a Javier tu tío, pa que Javier, tu tío, tío, pillara a la tía con el tío, tío!
- ¡Joer, tía! No te entiendo, tía. ¿podqué la tía que está con Paco, mi tío, no le dijo a Paco, mi tío, que la tía estaba con ese tío, tía?
- ¡Qué te pilla el toro, tío! ¡Podque Paco, tu tío, sabe que la tía de la tía está con ese tío, tío!
- Tía ¿y Paco, mi tío, no sabía que la tía..., tía?
- No lo sabía, tío.
- ¿Y qué le dijo, tía, Paco, mi tío, a la tía de la tía, cuando se enteró, podque se tuvo que enterar, tía, de que ese tío también estaba con la tía, tía?
- Tío, Paco, tu tío ¡cogió un cabreo, tío! y le dijo a la tía de la tía, que no era moral que si ese tío estaba con la tía, que la tía de la tía también estuviera con ese tío, tío.
- Tía, tía ¡paco mi tío tiene un genio! ¿y qué le dijo a Paco, mi tío, la tía de la tía, tía?
- Que se lo diriía a la tía, tío.
- Tía ¿y qué le dijo la tía a la tía, tía?
- Que se lo diría a ese tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo ese tío a la tía, tía?
- Que se lo diría a Javier, tu tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo Javier, mi tío, a ese tío, tía?
- Que se lo diría a la tía de la tía, tío.
- Tía ¿y qué le dijo a Javier, mi tío, la tía que está con Paco, mi tío, tía.
- No, tío, no. No se lo dijo a la tía de la tía que está con Paco, tu tío, sino a la tía que está con el mimito Javier, tu tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo a Javier, mi tío, la tía de la tía que está con el mimito Javier, mi tío, tía?
- Que se lo diría a la tía de la tía que está con Paco, tu tío, tio.
- Tía ¿y qué le dijo la tía de la tía que está con Paco, mi tío, a la tía de la tía, tía?
- Que se lo diría a la tía de la tía que está con Javier, tu tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo Javier, mi tío, a la tía de la tía que está con el mimito Javier, mi tío, tía?
- ¡Mira tío, me has armado un rollo que ya yo no sé qué tío está con qué tía, ni que tía está con qué tío, tío!
- Tía, tía, aclárame una cosa, porfa ¿no es la tía la que está con el tío?
- Sí, tío, Sí, tío, tío, tío. tío, tíotío.
- ¡Ahora si te entiendo, tía, tía, tía, tía, tíatía! ¡Caro! ¡Ej la tía de la tía del tío de la tía la que está con mi tío, tía! ¡¡Qué fuerte, tía! ¡E fuerte, fuerte, fuerte! ¡Mu fuerte. tía!
- ¡Joer, tío! ¡Qué no te aclaras, tío! ¡Qué te pilla el toro, tío! ¿Quieres que te lo diga, tío, en tres palabras, tío?
- ¡Sí, tía, tía, tía!
- ¡Ej tu tío el que está con la tía!
- ¡Qué me cuentas tía! ¡Así que es el tío el que está con la tía!
- ¡Caro, tío!
- ¡Qué tío, tía!
- ¿Qué tío dices, tío?
- ¿Quién va a ser? ¡El tío, tía!
- ¿Qué tío, tío?
En ese punto de la conversación bajé del autobús.
Al llegar a mi casa me encontré que allí estaban, de visita, mis tres hermanas: Juana, Luisa y María. Juana, con sus dos niñas de ocho y nueve años de edad; Luisa, con sus tres niños de siete, nueve y diez años, y, María, con sus cuatro criaturas de seis, ocho, nueve y once años.
- ¡No, tía!
- ¡Sí, tío!
- Pero..., tía....
- Qué sí, tío.
- No te creo, tía.
- ¿Eres tonto, tío?
- No tía...ej que, tía...
- Ná tío. Es así, tío.
- Mira, tía, tía...
- ¡Qué sí, tío, tío!
- ¡No te pases tía, tía tía!
- ¿Qué te crees, tío, tío, tío?
- ¡Tía...!
- ¿Qué te pasa, tío?
- No me pasa ná, tía.
- Allá tú, tío.
- ¡Ej mu fuerte, tía!
- ¡Joer, tío, tío, tío! ¡Tienes un morro que te lo pisas, tío!
- Tía, no te creo, tía.
- ¡Tás tonto, tío!
- ¡Qué no pué ser, tía! ¡Qué no, tía!
- ¡Qué sí, tío! ¡No me toques las narices, tío!
- ¡Qué no, tía!
- Tío... ¡qué te suelto el rollo, tío!
- ¡Suéltalo, tía!
- ¡Qué a la tía la pillaron con un tío!
- ¿Con un tío, tía?
- ¡Con un tío, tío!
- ¿Quién te soltó el rollo, tía?
- ¡Javier, tú tío, tío!
- ¿Javier, mi tío, tía?
- Él mimito, tío.
- ¿Qué me dices, tía?
- ¡Eso, tío! ¡Qué a la tía, Javier, tu tío, que está con la tía de la tía, la pilló con un tío!
- Tía ¿A la tía de la tía, tía?
- No, tío. ¡A la tía, tío!
- Tía ¿a la tía de la tía, o a la tía, tía?
- ¡A la tía, tío! ¡A la tía, tío, tío!
- ¡Ah, tía! ¿Y cómo pilló Javier, mi tío, a la tía con un tío, tía?
- ¡Qué no te enteras, tío! Ej que la tía se lo dijo a la tía, tío.
- Tía, qué mestás machacando, tía. ¿Qué tía a qué tía, tía?
- ¡La tía de la tía que está con Paco, tu otro tío, se lo dijo a la tía de la tía que está con Javier, tu tío, tío!
- ¡Ej mu fuerte, tía! ¡Mu fuerte! ¡Mu fuerte! ¡Qué caradura la tía, tía! ¿Y podqué la tía que está con Paco, mi tío, tía, no se lo dijo a Javier, mi tío, tía?
- ¡Podque la tía de la tía que está con Paco, tu tío, también está con el tío que está con la tía y como la tía de la tía estaba celosa podque ese tío estaba con la tía, ella se lo dijo a Javier tu tío, pa que Javier, tu tío, tío, pillara a la tía con el tío, tío!
- ¡Joer, tía! No te entiendo, tía. ¿podqué la tía que está con Paco, mi tío, no le dijo a Paco, mi tío, que la tía estaba con ese tío, tía?
- ¡Qué te pilla el toro, tío! ¡Podque Paco, tu tío, sabe que la tía de la tía está con ese tío, tío!
- Tía ¿y Paco, mi tío, no sabía que la tía..., tía?
- No lo sabía, tío.
- ¿Y qué le dijo, tía, Paco, mi tío, a la tía de la tía, cuando se enteró, podque se tuvo que enterar, tía, de que ese tío también estaba con la tía, tía?
- Tío, Paco, tu tío ¡cogió un cabreo, tío! y le dijo a la tía de la tía, que no era moral que si ese tío estaba con la tía, que la tía de la tía también estuviera con ese tío, tío.
- Tía, tía ¡paco mi tío tiene un genio! ¿y qué le dijo a Paco, mi tío, la tía de la tía, tía?
- Que se lo diriía a la tía, tío.
- Tía ¿y qué le dijo la tía a la tía, tía?
- Que se lo diría a ese tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo ese tío a la tía, tía?
- Que se lo diría a Javier, tu tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo Javier, mi tío, a ese tío, tía?
- Que se lo diría a la tía de la tía, tío.
- Tía ¿y qué le dijo a Javier, mi tío, la tía que está con Paco, mi tío, tía.
- No, tío, no. No se lo dijo a la tía de la tía que está con Paco, tu tío, sino a la tía que está con el mimito Javier, tu tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo a Javier, mi tío, la tía de la tía que está con el mimito Javier, mi tío, tía?
- Que se lo diría a la tía de la tía que está con Paco, tu tío, tio.
- Tía ¿y qué le dijo la tía de la tía que está con Paco, mi tío, a la tía de la tía, tía?
- Que se lo diría a la tía de la tía que está con Javier, tu tío, tío.
- Tía ¿y qué le dijo Javier, mi tío, a la tía de la tía que está con el mimito Javier, mi tío, tía?
- ¡Mira tío, me has armado un rollo que ya yo no sé qué tío está con qué tía, ni que tía está con qué tío, tío!
- Tía, tía, aclárame una cosa, porfa ¿no es la tía la que está con el tío?
- Sí, tío, Sí, tío, tío, tío. tío, tíotío.
- ¡Ahora si te entiendo, tía, tía, tía, tía, tíatía! ¡Caro! ¡Ej la tía de la tía del tío de la tía la que está con mi tío, tía! ¡¡Qué fuerte, tía! ¡E fuerte, fuerte, fuerte! ¡Mu fuerte. tía!
- ¡Joer, tío! ¡Qué no te aclaras, tío! ¡Qué te pilla el toro, tío! ¿Quieres que te lo diga, tío, en tres palabras, tío?
- ¡Sí, tía, tía, tía!
- ¡Ej tu tío el que está con la tía!
- ¡Qué me cuentas tía! ¡Así que es el tío el que está con la tía!
- ¡Caro, tío!
- ¡Qué tío, tía!
- ¿Qué tío dices, tío?
- ¿Quién va a ser? ¡El tío, tía!
- ¿Qué tío, tío?
En ese punto de la conversación bajé del autobús.
Al llegar a mi casa me encontré que allí estaban, de visita, mis tres hermanas: Juana, Luisa y María. Juana, con sus dos niñas de ocho y nueve años de edad; Luisa, con sus tres niños de siete, nueve y diez años, y, María, con sus cuatro criaturas de seis, ocho, nueve y once años.
En mi hogar también se encontraban mis dos hermanos, Alfonso y Alejandro.
El primero con su mujer y los tres pequeñuelos de cinco, siete y ocho años, y, el segundo, con su esposa y sus tres maravillosas niñas de cuatro, cinco y siete años.
Al abrir la puerta de la casa y verme, mis quince sobrinos y sobrinas, que me adoran, se abalanzaron en tropel sobre mí, todos gritando una y otra vez:
-¡Tía, llegó tío, tía! ¡Tío!, ¡Tío!, Tío!
El psiquiatra, un tío trepado en un caballo de madera en un tiovivo, me recetó tres pastillas de tiamina en desayuno, almuerzo y comida durante tres meses, y que pasara unas vacaciones en el municipio Tías, en la isla de Lanzarote. Le respondí al médico:
Asere, necesito una tía que me haga compañía en Tías.
Héctor Peraza Linares / 24 de julio de 2005 (arreglos el 9 de septiembre de 2009).
Al abrir la puerta de la casa y verme, mis quince sobrinos y sobrinas, que me adoran, se abalanzaron en tropel sobre mí, todos gritando una y otra vez:
-¡Tía, llegó tío, tía! ¡Tío!, ¡Tío!, Tío!
El psiquiatra, un tío trepado en un caballo de madera en un tiovivo, me recetó tres pastillas de tiamina en desayuno, almuerzo y comida durante tres meses, y que pasara unas vacaciones en el municipio Tías, en la isla de Lanzarote. Le respondí al médico:
Asere, necesito una tía que me haga compañía en Tías.
Héctor Peraza Linares / 24 de julio de 2005 (arreglos el 9 de septiembre de 2009).
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