lunes, 9 de julio de 2007

SATIRA

CARCELES CUBANAS

CÁRCEL CUBANA CANDIDATA A OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO


Por: Héctor Peraza Linares.

La Habana (PIPI) – Al millonario suizo Bernard Weber, cuya fundación llamada
New7Wonders promovió y organizó la campaña internacional dedicada a la recién concluida elección de las Siete Maravillas del Mundo, el régimen cubano ha propuesto que sea elegida, al azar, una de sus trescientas cárceles como Octava Maravilla del planeta.

El texto oficial del gobierno isleño dice así:

“Distinguido señor Bernard Weber:

“El Gobierno Cubano cree que, amén del Bidet de Paulina, la Posada Casitas de Ayestarán y el Cuartel Moncada, que bien merecerían, al menos, estar incluidos en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, Cuba cuenta con trescientas cárceles distribuidas por el territorio nacional, cuarenta de ellas de máxima severidad, cualquiera de las cuales merece ocupar el octavo lugar en la elección de las Maravillas del Mundo.

“Si algún mérito tienen, y no lo negamos, - agrega el documento- La Muralla China, las ruinas de la ciudad de Petra en Jordania, el Coliseo de Roma, el Taj Mahal de la India, las ruinas de Machu Picchu en Perú, la Estatua del Cristo Redentor de Brasil y la pirámide de Chichén Itzá de Mejico, monumentos elegidos como Las Siete Maravillas del Mundo por cien millones de votantes de todo el planeta a través de internet y por mensajes de textos de teléfonos celulares, más virtudes poseen, entre otras, las prisiones cubanas siguientes: Taco Taco de Pinar del Río, Manto Negro de La Lisa,. El Combinado del Este de la carretera monumental a Guanabacoa, Agüica del municipio de Colón en Matanzas, Guamajal de Santa Clara, Nieves Morejón de Cabaiguán en Sancti Spíritus, Ariza de Cienfuegos, Cerámica Roja de Camagüey, Canaleta de Ciego de Ávila, Las Mangas de Bayamo o, de la provincia de Guantánamo: Tumba Labana, A-500, La Disciplinaria, Boina Roja, El Picculino, Chafarina, La Granadilla, El Corojo, Paso de Cuba, Santa Rosa y La Lola.

“Además señor Bernard Weber, –expresa el escrito- caso de aceptar usted nuestra proposición, le proponemos que el sistema de elección, para que sea más democrático y participativo y logre que el 99,9 por ciento de los habitantes del planeta emitan su voto, debe ser el mismo que emplea el gobierno cubano para que las masas elijan, democráticamente, a un único candidato (que siempre hasta ahora ha sido, casualmente, nuestro Comandante en Jefe) para Primer Ministro del Gobierno, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Secretario General del Partido Comunista de Cuba, Máximo Líder y Jefe Máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

“Nuestro sistema de elecciones es infalible. Siempre sale electo la misma persona y el mismo Partido. Es como una carrera de caballos en la que sólo corre un caballo(1). Ese es el modelo de elección que le proponemos para elegir a la Octava Maravilla del Mundo (OMM).

“A ese fin, señor Weber, usted organizará el certamen auxiliado por uno de nuestros mejores especialistas en tales lides, quien le indicará qué pasos debe dar para que no hayan otros pretendientes a tan ilustre título universal: El Padrino, La Cossa Nostra y la Ley de la Omertá, esta última aplicada a los celulares y a internet, constituirán su guía de acción. Al ciudadano del mundo que se niegue a dar su voto a la candidatura cubana, un agente del G-2(2) se le acercará, le pondrá persuasivamente una pistola en la cabeza y le soplará, con cara de democrático compulsivo, al oído: recuerde que el brazo de la Revolución es muy largo. Vaya: que se estira como un chicle Adams”.

WEBER EN QUIVICÁN

Comunican los cables de la PIPI y la CHOCHI que el señor Bernard Weber, tras recibir la solicitud, se desplazó a Cuba. Al bajar del avión alquiló un bici-taxi.

-Lléveme a una cárcel – Le ordenó al bicitaxista.

Como en Cuba las cárceles abundan más que los boniatos, las calabazas o las patatas, a los cinco minutos el famoso personaje se encontró dentro de la prisión de máxima severidad del municipio de Quivicán, a 38 kilómetros al Sur de la capital cubana.

Era la hora del almuerzo. El suizo estaba hambriento. Vestido con un maloliente traje de preso y portando una bandeja de latón oxidado en las manos, en la que le habían echado picos, espuelas y crestas de gallo, tripas podridas de cerdo y diez granos de arroz, se sentó, para almorzar, en una larga mesa de cemento junto a otros presos.

-¿Y si protesto a las autoridades carcelarias por esta asquerosa comida?- pensó.

De inmediato sintió sobre sus espaldas varios fuertes golpes. Se los causaba un hombre vestido de militar, con grados de sargento, que le atizaba con un palo. Finalmente, cuando se cansó de golpearle, el carcelero le dijo:

-¡Al comedor no se viene a pensar! ¡Se viene a comer, cojones! ¡Qué esto no es un cartón suizo ni un carajo!

Acto seguido el agente de la autoridad se subió a una de las largas mesas, y fue pateando una a una las bandejas en las que comían los presos. Cada vez que daba una patada, algunos de los carceleros gritaban:

-¡Jonróóóóóóóóónnnnnnnnnn!

Otros vociferaban:

-¡Goooooooooooooooooollllll!

Otros:

-¡Canastóóóóóóóóóónnnnnnnnn!

Unos pocos:

¡Jaque mateeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!

Algunos:

-¡Bingooooooooooooooooooooo!

-¿Tiene hambre aún? – le preguntó el sargento al señor Weber y, como éste le respondió que sí, le dio un tiro en la cabeza a un preso que a los pocos minutos fue cocinado. Al suizo le correspondió comerse los dedos de los pies del muerto.

Bernard Weber, atragantado con la uña de un dedo gordo, anotó en su agenda:

“Puntos a favor para cárcel cubana como Octava Maravilla del Mundo: se practican varios deportes, se dan masajes corporales con un palo y se come mucha proteína”

Una vez en la celda, un gorrión se posó entre dos de los barrotes de la ventana que permite ver hacia el pasillo, portando un fax en el pico. Weber lee:

“Cable de la CHOCHI: La Plaza de Tian-An-Men, el Campo de Concentración de Auschwitz, los Gulags soviéticos, y las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) centros de trabajo forzado a los que fueron enviados decenas de miles de homosexuales, Testigos de Jehová y Cristianos católicos en Cuba en la década de 1960, también aspiran a Octava Maravilla del Mundo, al igual que las estatuas de la Isla de Pascua, en Chile; la Catedral de Santa Sofía, de Turquía; la Acrópolis de Atenas, en Grecia; el Kremlin y la Catedral de San Basilio, en Rusia; Angkor, en Camboya y el Arco de Triunfo del Salón de Patinar del parque de Quivicán”.

Weber escribió un mensaje que el gorrión se apresuró a llevar a su destinatario:
“A la fundación New7Wonders: cárcel cubana presenta excelentes cualidades para OMM. Esperen más noticias mías. Estoy bien. Hasta ahora sólo tengo tres costillas, la frente, ambos brazos y una pierna partida. Sugiero que, por el momento, a las Siete Maravillas no sólo se sume La Gran Pirámide de Giza, sino, también, el Bidet de Paulina, la Posada Casitas de Ayestarán, la de La Canadadry, la de 11 y 24, la de La Vía Monumental, La Campiña, la que está a una cuadra de la fábrica de tabacos H. Uppmann (al fondo del Capitolio Nacional), la situada frente al parque Maceo, el Bosque de La Habana, la del Coney Island, la de Alta Habana, y el Cuartel Moncada”.

Llegó la noche. Tendido en el suelo, porque no habían literas suficientes, el suizo, boca arriba, trataba de quedarse dormido contando las ratas que se acercaban hasta su cara y le metían el hocico en su boca.

“Trescientas cuarenta y unooooooooo.......” – Y se quedó dormido.

A las cinco de la mañana, el mismo sargento del comedor abrió la puerta de la celda y, a coro con los siete soldados que le acompañaban, gritó con fuerza:

- ¡¡¡¡DE PIEEEEEEEE, COJONES!!!!!

El sargento gritó tan fuerte que se le salió por la boca uno de sus pulmones. Los soldados que le acompañaban le pidieron permiso para que les permitiera comerse el pulmón en el almuerzo.

La primera necesidad fisiológica que hizo Bernard Weber, en su primer amanecer en el interior de una aspirante a OMM, fue sacarse de la boca la rata trescientos cuarenta y uno. Se percató de que tenía semejante bicho en la boca porque otro preso le dijo:

- Oye, asere, yo he visto tabacos de to los tamaño y figura, pero tan gordo y con patas, ¡Ninguno! ¡Te lo juro por la pura, negue!

La rata, que aún estaba dormida, al despertarse, le dio las gracias a Weber por haberle servido, esa madrugada, de cama y almohada. Era una rata muy educada, femenina, salsosa, putona, coqueta, visiblemente en celo y con aspecto de científica frustrada. El aventurero Suizo sacó su libreta de notas. Le pidió a la rata que no se fuera aún, pues necesitaba hacerle algunas preguntas.

- Me llamo Rita. Pregunte usted lo que quiera – le respondió la rata-. Si lo que desea es hacer el amor conmigo, si lo que le apetece es pasar un rato con la rata Rita, no se preocupe: esta noche, en lugar de meterme en su boca, ¡me pondré en cuatro patas para que usted me la meta! ¡Soy hembra a to! Hace poco gané el concurso inter-cárceles cubanas “Miss Rata-Puta Nacional”. ¡Me hace mucha ilusión ser madre de unos ratoncitos suizos! ¡Qué nivel! ¡Seré la envidia de mis amigas cuando se enteren de que usted es mi mari’o! ¡Todas las ratas de esta cárcel, que son más de cien mil, darían la vida por una visa. ¡Más aún al tratarse de una visa de Suiza! ¡Písa...písa...písame cariño! Rita, que era muy romanticona, se puso a cantar:

La Torre de Pisa,
las vacas de Suiza.
Manto Negro de La Lisa.
¡Qué tú me pisa!

Cuando el suizo le explicó a la rata lo que necesitaba saber, el animal le respondió:

- Te haré mil historias de esta prisión. Con ellas podrás completar tu informe al New7Wonders; pero, antes, ¡tienes que echarme un palo a lo cubano!

El aventurero cazador de maravillas aceptó. La rata le hizo al suizo el amor a lo cubano. Terminado el increíble coito, el hombre, casi a punto de desfallecer, satisfecho sexualmente como nunca lo había estado en su vida, silbó para que viniera el gorrión. Una vez que vio a éste posado entre los dos barrotes de la ventana, le dijo:

- Lleva urgentemente este mensaje al New7Wonders y a la UNESCO. He aquí el contenido de la escueta nota:

- ¡La Octava Maravilla del Mundo está en la cárcel de Quivicán!

(1) Uno de los sobrenombres de Fidel Castro.

(2) Seguridad del Estado Cubana.

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