lunes, 30 de julio de 2007

SATIRA


"ELOGIO DEL HUEVO CUBANO"


Diario Granma.

Riflexiones del Comandante en Jefe (III)


POR: HECTOR PERAZA LINARES.



Los Huevos de las infatigables y patrióticas gallinas ponedoras cubanas, han constituido, en los cuarenta y ocho años de permanencia de la Revolución en el poder,el alimento proteico fundamental de los once millones de cubanos que habitan la isla.
Los Huevos Cubanos merecen, por lo tanto, el máximo respeto, la mayor de las consideraciones y la más destacada de las condecoraciones. A ellos y a su increíble aporte a la supervivencia de nuestro pueblo, dedico esta riflexión.
Un habitante de nuestra isla, si tiene menos de 48 años, seguramente que nunca en su vida ha tenido la desgracia de ver, oler, tocar o comer un bistec de carne de res, ni unas lascas de jamón, lacón, chorizo, salchichón o mortadela, ni sabe lo que es el queso gruyère o el paté de hígado, ni ha visto nunca, por suerte para esa persona, unas pencas de bacalao, unas latas de sardina, atún o bonito, o una ristra de butifarras, longanizas, o salchichas, ni conoce lo que es una aceituna, una pasa, una uva, o un cóctel de frutas (en cambio aquí el pueblo es experto en cócteles molótov). En nuestra isla, gracias a la Revolución, y a mi sabia dirección de la economía nacional, ¡hasta los niños en estado fetal conocen a la perfección al Huevo Cubano!
El Huevo Cubano es algo que acompaña al ciudadano de este país desde la cuna hasta la sepultura y, según los babalaos, también en el más allá. Cada nación tiene algún alimento del que enorgullecerse: los franceses, su vino; los argentinos, la carne de sus reses; los suizos, su queso; los noruegos, su bacalao; los españoles, su jamón Pata Negra; los italianos sus spaguettis; los chinos, sus arroces y los cubanos, ¡sus huevos! Los cubanos, me veo en la obligación y el deber riflexionista de reconocerlo, sobretodo si son disidentes u opositores al servicio de la mafia de Miami, ¡viven orgullosos de sus Huevos!
A los tres símbolos de la nación cubana, el tocororo, la palma real y la mariposa, que simbolizan el ave, el árbol y la flor nacional, propongo que se añada de ahora en adelante el Huevo, y que la bandera, en lugar de llevar en su triángulo una estrella solitaria, lleve ¡un Huevo Solitario!
¡Qué otro pueblo en la historia de la humanidad ha sido capaz, como el cubano, de vivir cuarenta y ocho años alimentándose a base de huevos! Ni lo hubo, ni lo habrá. En ese aspecto, al igual que el Huevo, el pueblo cubano merece el mayor de los respetos, la mayor de las consideraciones y la más destacada de las condecoraciones. Propongo en esta riflexión al Consejo de Ministros que la máxima condecoración militar y civil que en el futuro otorgue nuestro Estado sea LA ORDEN DEL HUEVO DURO DE PRIMERA CLASE con distintivo de HEROE DE LA REPÚBLICA DEL HUEVO FRITO.
A las altas personalidades del mundo que nuestro Estado decida honrar, le concederemos, si se trata de un hombre, la MEDALLA DEL REVOLTILLO, si es mujer, LA SORTIJA DE LA TORTILLA CALIENTE. Si se tratara de un homosexual, LA INSIGNIA DE LA YUCA CON DOS HUEVOS. A los transexuales se entregarán condecoraciones especiales según cada caso: si es un trans hembra DOS HUEVOS CON YUCA CALIENTE; si es varón, TORTILLA CALIENTE CON DOS HUEVOS.
Me enorgullece dejar constancia en esta riflexión de la sabiduría que ha alcanzado nuestro pueblo en estos casi cincuenta años en materia de recetas culinarias huevísticas. Cada cubana es una científica y una artista de la huevería. Aquí las mujeres hacen maravillas con un par de huevos. El cubano, en general, sabe comer de cien millones de maneras diferentes las posturas de gallina. La receta más popular, patriótica, socialista y revolucionaria en nuestro país, que recoge Nitza Villapol en su libro “Cocina al Minuto”, es la :siguiente:
10 gramos de aire.2 ½ rayos de sol.4 gotas de rocío.1 cazuela (de las arroceras entregadas por la Revolución) llena de agua.4 piedras pequeñas.1 hueso de perro muerto.1 mazo de hierbas silvestres.4 mosquitos (son muy picantes).3 onzas de tierra de cementerio. 200 gramos de arena.1 cucharadita de sal.1 Huevo.
Ponga a hervir todo lo anterior, sin echarle la sal. A los veinte minutos de cocción, baje la olla de la candela. Tire el agua. Deposite en el cubo de la basura el aire, el rayo, la gota, las piedras, el hueso, las hierbas, los mosquitos, la tierra y la arena. Saque el Huevo pasado por agua. Quítele el cascarón. Échele un poco de sal por arriba y, ¡A comer! ¡A table! Como dicen los franceses. Pulverice el cascarón y conviértalo en cascarilla para espantar los muertos.
Nuestro gubernamental y estatal valoración a los méritos y valores de los Huevos Cubanos, incluye el reconocimiento del papel tan fundamental que desempeñaron durante los días del éxodo del Mariel. En tan históricas semanas de 1980, miles de valientes turbas patrióticas y revolucionarias, a riesgo de sus vidas, escoltadas y protegidas por la Policía, la Seguridad del Estado, las Tropas Especiales, las Fuerzas de Asalto, las Avispas Negras y el Ejército de tierra, mar y aire, atacaron a huevazos las casas de los contrarrevolucionarios y escorias que se diponían a salir del país en las embarcaciones que traían sus familiares de Miami. ¡Millones de Huevos ofrendaron revolucionariamente sus vidas, en aquellas heroicas jornadas, estallando como pequeñas bombas contra las fachadas de los traidores y vendepatrias! ¡Vida eterna a los Huevos Progromistas! ¡Qué lástima que Hitler no los llegó a conocer! ¡Él los hubiese convertido en jefes de sus SS!
El Huevo de Colón cuenta con un monumento en el municipio San Antonio Abad, de las islas Baleares, en España. Sirva la presente riflexión para ordenar sea erigido un monumento al Huevo Cubano. Dicha obra artística deberá ser mil veces más grande que la Estatua de la Libertad o que la Torre Eiffel, y cien mil veces más ancha que la pirámide de Keops. ¿Saben por qué tendrá tan descomunales dimensiones? Porque en caso de que los imperialistas americanos nos ataquen y muera la totalidad de las gallinas cubanas, con ese monumento podremos hacer, en medio del fragor de los combates, disparos, cañonazos y metralla, ¡una gigantezca tortilla o un inconmensurable revoltillo que permita alimentar a nuestro ejército y pueblo durante los años que pueda durar esa guerra!
Además del Himno Nacional nuestro pueblo entonará, en los actos públicos, el Himno al Huevo Cubano, cuya letra dice:
Somos los Huevos Cubanos que venimos a luchar. No tememos a los americanos: ¡Las cubanas nos van a cocinar!
Somos los Huevos más Duros, tenemos una gran misión: ¡Revoltillos con pan duro! ¡Tortillas de la Revolución!
Y si el Huevo Cubano es acreedor a los máximos honores oficiales, ¿qué diremos de sus madres, las gallinas ponedoras de este país? ¡Ellas han sido las verdaderas heroínas! ¡Sin ellas nuestra Revolución hubiera dejado de existir! Nuestros cantautores le han compuesto esta canción:
La gallina Fideleta, ha puesto un huevo ha puesto dos, ha puesto tres. La gallina Fideleta, ha puesto cuatro, ha puesto cinco, ha puesto seis. La gallina Fideleta, ha puesto siete, ha puesto ocho, ha puesto nueve. ¿Dónde está esa gallinita? ¡Déjala, la pobrecita! ¡Déjala que ponga diez!
¡Hay que dejar a la gallinita que ponga diez; pero no diez, sino diez millones de posturas! Al igual que la vaca Ubre Blanca la cual, gracias a mis aportes científicos en materia de cruces de razas lecheras, llegó a producir, en un par de ordeños diarios, antes de explotar como un siquitraque, la astronómica cifra de dos millones de litros de leche, la gallina Fideleta, cuando comencemos a alimentarla con PPG y otras vitaminas creadas por la biotecnología de la Revolución, pondrá, en cada jornada, ¡no menos de cinco millones de Huevos! ¡Será la hembra más multípara, aunque sea primípara, del planeta! ¡Qué a los intrusistas periodistas independientes no se les ocurra llamarlas multipartidistas, porque en Cuba hay y habrá siempre un solo Partido!
Con dos o tres millones de multíparas Fideletas el Huevo Cubano se convertirá en la principal entrada de divisas de nuestra Patria. ¡El mundo entero se alimentarä de nuestros Huevos! En las granjas avícolas, tales divas y reinas de las más fecundas posturas del mundo, realizarán su trasera y revolucionaria labor entonando esta canción:
Pongo un huevito, ¿para quién será? Para el cubanito, ¡qué se lo comerá!
Y lo más espectacular: ninguna de nuestras Fideletas aborta. ¡Ninguna se ha hecho jamás un aborto! ¡Todas, por unanimidad, se han negado a usar la píldora anticonceptiva del antes, del durante, o del después!
Tampoco es justo no dedicar una parte de mi riflexión a mencionar el aporte de nuestros gallos. Ellos, en primer término, se han negado rotundamente a usar condones. ¡Eso nos ha ahorrado una gran inversión en el mercado internacional de los preservativos! A veces se presentan problemas muy serios en nuestros gallineros revolucionarios, que han dado lugar a creaciones musicales como la siguiente:
El gallo de Morón está tristón: la gallina no quiere revolcón, y lo ha llamado huevón.
¡Es injusto que a nuestros gallos se les llame huevones! En el horóscopo chino-guanabacoense, él es el valiente, el héroe de mil batallas, el gladiador invencible, el despertador del universo, ¡el combatiente inmortal de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias! Filosóficamente hablando, en recuerdo de Aristóteles y del Caballero de París, yo riflexiono, como riflexionarán muchos de los lectores de esta riflexión:
Quisiera tener la suerte, cuchún, cuchún que tiene el gallo, que cuando la gallina sale, cuchún, cuchún monta a caballo. La gallina sale corriendo, cuchún, cuchún y el gallo sube, ¡Le pone la jeringuilla, cuchún, cuchún y se sacude! Cuchún, cuchún, ¡Cómo sube! Cuchún, cuchún, ¡Se sacude!
Es hora de que la humanidad se pregunte: ¿Quién fue primero? ¿El Huevo o la gallina? ¿La gallina o el gallo? ¿El gallo o el Huevo? La mujer salió de una costilla de Adán; la gallina, de la espuela de un gallo. Dicen las gallinas que esa primigenia y genesiaca conclusión es gallista. Opinan los gallos que afirmar lo contrario sería caer en el gallinismo.
Otro gallo cantaría si se aplicaran en el mundo, al pie de la letra, mis riflexiones.
Quién intente derrocar a la Revolución lo dejaremos ¡sin plumas y cacareando!
Qué nadie se preocupe, ni se deje confundir por las engañifas y cantos de sirena de los enemigos imperialistas: gracias al Huevo Cubano y a la gallina Fideleta, la super-alimentación de los once millones de habitantes de nuestro país está...
¡Al cantío de un gallo!

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