martes, 3 de julio de 2007

SATIRA




Diario GRANMA
Riflexiones del Comandante en Jefe (II)


EL PREMIO NOBEL DEL PEO
Autor: Héctor Peraza Linares




En esta riflexión con mirilla telescópica, como en mis tiempos de la Sierra Maestra cuando, desde lo alto del Turquino, a 40 ó 50 kilómetros de distancia, apuntaba y disparaba contra los soldados batistianos, hoy, sabia y visionariamente, apunto, disparo y hago diana contra el criminal propósito, del binomio Lula-Bush, de cultivar caña, maíz, cebada, colza, sorgo, centeno, mijo, avena, soja, girasol y giraluna, en millones de inútiles hectáreas de tierra.
Ambos presidentes persiguen el contrarrevolucionario propósito de fabricar, para uso a escala mundial, un contaminante combustible vegetal que sustituya al descontaminado, noble, inofensivo, saludable, medicinal, proteico, vitamínico, analgésico, diurético, anti-colesterólico, anti-celulítico, anti-pirético, anti-diarreico, anti-menopausico, anti-andropáusico, antimperialista, pro-comunista, totalitario protector de la capa de ozono y anti-cancerígeno petróleo de mi hermano Chávez.
La Agencia Francesa de Prensa transmitió el domingo primero de abril informaciones preocupantes sobre el cambio climático. Sin embargo, el cable de la AFP no dice una palabra de esta gran verdad histórica: Lula y Bush pasan por alto y no quieren meter las narices en el verdadero causante del deterioro de la capa de ozono: el ano de las vacas. Según mis riflexiones al respecto, en el orificio externo del recto por el cual expulsan los excrementos las vacas, y no en el inofensivo petróleo de Chávez, está la verdadera causa de la galopante destrucción de la capa de ozono, fenómeno descubierto por el científico mejicano premio Nobel de Química en 1995, Mario Molina, quien se basó para su trascendental descubrimiento en mi frase proclamada en el Primer Congreso de Cultura: “¡Dentro de la Revolución, todo! ¡Fuera de la Revolución, nada!”, es decir: “¡Dentro de la capa de ozono, todo! ¡Fuera de la capa de ozono, nada!”.
A la humanidad le advierto: ¡No se dejen engañar con los cantos de sirena de Lula y Bush! Tengan presente que si el vuelo de una mariposa a los pies de la Muralla China puede provocar un ciclón en América... ¡La ventosidad de una vaca en las praderas de Brasil o Estados Unidos, por ejemplo, puede causar el fin del Mundo!
Modestia aparte, muchos años antes de que el científico mejicano hiciera su trascendental aporte a la humanidad, ya me había yo anticipado a su teoría. ¡Por eso es que suprimí la leche a los niños mayores de siete años, lo cual quiere decir, al resto de la población! ¡Por eso es que suprimí los quesos! ¡Por eso es que suprimí la mantequilla! ¡Por eso es que suprimí la carne de res! ¡Por eso es que, si bien en la isla en 1959 había siete millones de habitantes y siete millones de cabezas de ganado vacuno, en la actualidad, año 2007, el país cuenta con once millones de habitantes y sólo con catorce vacas, una en cada uno de los zoológicos de las distintas provincias!
¡Cuántas incalculables cantidades del venenoso CH4 que acompaña el meteorismo vacuno no habrán dejado de subir a la capa de ozono gracias a mi científica previsión! ¡Mis decisiones en materia de desabastecimiento a la población, como puede observarse, han contribuido a salvar a la civilización humana!
Por tanto, en esta riflexión sobre mis riflexiones, sugiero a los organismos competentes me sea otorgado, con el beneplácito del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y el apoyo explícito del presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, alias Zetapé: ¡El Premio Nobel del Peo!
Con gran acierto el emérito mejicano ha asegurado “No importa donde se libere un gas contaminante porque afectará a todo el planeta”. En palabras menos científicas el premio Nobel quiso decir: “Salga del ano de quien salga y del animal que salga, una flatulencia es un gas contaminante que afecta a todo el planeta”.
Yo riflexiono lo siguiente: El ser humano es un animal. También lanza gases causantes del efecto invernadero. Las ventosidades se generan en el estómago a causa de la fermentación de las comidas. ¡Hay que inventar algo para que los seres humanos en el resto del mundo, igual que en Cuba, apenas coman o almuercen! ¡Para que jamás de los jamases merienden ni desayunen! ¡El martirio de desayunar, almorzar, cenar y merendar es uno de los tantos sacrificios, y buches amargos, con el que tenemos que cargar los dirigentes revolucionarios! ¡Pero nuestros pedos no contienen gases contaminantes porque son fermentados dentro del tanque en que se cuecen las ideas del marxismo-leninismo!
¡En el planeta, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese, restando los once millones de cubanos, que como ya dije subsisten casi sin ingerir alimentos, hay cinco mil millones de personas, el equivalente a cinco mil millones de orificios externos del recto con capacidad flatulencial o gasificadora, que en potencial destructivo superan con creces al de todas las armas nucleares existentes en los arsenales militares de Estados Unidos, Rusia, Francia e Inglaterra!
Según mis infalibles cálculos en materia de cambio climático, un ciudadano que se coma, en cualquier lugar del mundo, excepto en Cuba, por supuesto, un plato de garbanzos con chorizo, morcillo, tocino, hueso, pata, panza y jamón, o una fabada asturiana con patata, judías, salchichón, habas, aceite de oliva y morcilla, acompañando dicha comida con un aguacate verdoso, es un sujeto criminal que con su irresponsable acción pone a la civilización mundial al borde de la extinción. En la presente riflexión propongo que a tales criminales se les condene al paredón de fusilamiento. ¡Muerte a los pedorros!
Para salvar a la humanidad, para salvar a los niños, para que los jóvenes, los adultos y los ancianos, en cualquier parte del mundo, sean felices y logren mantenerse vivos hay que alimentarlos, por su propio bien, como yo alimento al pueblo cubano: ¡con lo mínimo indispensable para que los ciudadanos no mueran de inanición! ¡Aseguro en esta riflexión que no serán los culos de los cubanos ni el de las cubanas los causantes de la inmediata e inevitable destrucción del homus sapiens!
Para prolongar unos años más la vida en el planeta, los pueblos deben condenar los monstruosos planes de Lula y Bush, y enarbolar las consignas siguientes: ¡Etanol, no! ¡Ventosidades, tampoco! ¡Petróleo, sí!
Me tomo la libertad, en mi carácter de futuro “Premio Nobel”, de aconsejarle al Grupo Intergubernamental del Cambio Climático que para reducir drásticamente el Efecto Invernadero, adopte las diez urgentes iniciativas que a continuación relaciono:
1- Eliminarle a las vacas, mediante cirugía, los cuatro estómagos y transplantarle el de chivas. A dichas cabras injertarle estómagos de gallinas. A las gallinas, el de cucarachas. A las cucarachas, el de hormigas. A las hormigas, el de chinches. ¡Y a las chinches enviarlas a los calabozos de las cárceles cubanas!
2- Los gobiernos deben sólo alimentar a sus ciudadanos con petróleo y sus derivados: gasolina y gasoil. Téngase en cuenta que una persona alimentada con gasolina de alto octanaje, por ejemplo, podría llegar a alcanzar, en carrera, las mismas velocidades que los aviones a chorro. ¡Ellos serán los atletas del socialismo futuro!
3- La OPEP debe maniobrar para que el precio del barril de petróleo se ponga a un millón de dólares. Tal aumento permitirá que Chávez pueda financiar la subversión en los cinco continentes, de manera que en pocos meses, antes del fin del mundo, el mundo sea completamente comunista y la libreta de racionamiento se haya extendido, como una mancha de aceite quemado, por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.
4- Además del citado Premio Nobel que pronto me concederán, en cada país deben erigirme un monumento, en el que yo aparezca sentado en un trono y, a mis pies, un mapamundi. Sobre mi cabeza habrá un gran letrero que diga: TERMINATOR DE LAS PEDORRERAS Y DE LAS PEDORRETAS.
5- En la presente riflexión, olvidándome de lo que hayan acordado Lula, Bush y sus corifeos en Camp David, olvidándome de los artículos publicados por el mandatario brasileño en The Washington Post, olvidándome de lo que haya sido divulgado, en alabanza del contaminante etanol y en contra del medicinal petróleo, por la AFP, la DPA, la BEBESED, la API, la UPI, la PIPÍ y la CHOCHÍ, voy a proponer a la humanidad otro de mis inventos para evitar que el CO4 de las vacas llegue a la atmósfera. Mi suprema invención es la siguiente: A cada una de las miles de millones de vacas que no se le haya hecho el trasplante de estómago de cabra, se le colocarán cuatro mangueras, dentro del ano, una a cada estómago. Las mangueras estarán conectadas a grandes carros cisterna que, una vez llenos, transportarán su carga y la introducirán en naves espaciales. ¡Éstas últimas tendrán la misión de llevar la explosiva carga al exterior de la capa de ozono, donde dejarán de ser un peligro para la pervivencia del Hombre! El único peligro es que si hay vida más allá de La Tierra, la difusión de los mencionados gases fuera de la atmósfera terrestre puede provocar una guerra que no será galáctica, sino, gasáctica.
6- Ponerle un tapón en la salida del tubo digestivo a todo animal viviente, incluidos los mosquitos de las tapiadas del Departamento Técnico de la Seguridad del Estado de Pinar del Río, donde siempre mantengo a unos 200 presos políticos sometidos a constantes y, a veces, violentos interrogatorios. ¡Un simple tapón puede salvar al mundo!
7- Si en Nueva Zelanda las autoridades han estado a punto de imponer el Flatulence Tax, o impuesto por tener vacas, yo propongo establecer a nivel mundial una nueva facultad universitaria que forme y prepare a genuinos profesionales en pedología. ¡En las fosas nasales de los futuros pedólogos y pedólogas, descansará el porvenir humano sobre el planeta!!
8- Otra medida que se debe adoptar, y que ruego sea añadida al Protocolo de Kioto y al de Yamamoto, es suprimir la alimentación de las vacas, por el buen trato o delicatèsse. Está científicamente comprobado que dan más leche si a la hora del ordeño escuchan a Bethoven o a Mozart. Sirva mi riflexión para apuntar que lo ideal sería someterlas a dietas para que bajen de peso. Convendría darles masajes vaginales, baños turcos, chuparles las lenguas, así como acostarse, ver la televisión, ir de compras y bañarse en las playas con ellas. También, permitirles, a las más jóvenes, que usen minifaldas y, a las más viejas, que se hagan la cirugía plástica en las tetas.
9- Que un cohete ruso o chino transporte a una costurera cubana, que no sea de aquellas que le hacen los vestidos a las llamadas Damas de Blanco, hasta el agujero de la capa de ozono para que lo cosa.
10- Molina, ha afirmado que “hemos entrado en el antropoceno, una era geológica, la más reciente, en la que la actividad del Hombre preside el orden terrestre y condiciona cambios y extinciones”. Yo digo, o mejor dicho, yo riflexiono, que “hemos entrado en el pedoprofeno, una era rumiantológica y antropológica, la más antigua, en la que la actividad de la vaca y del Hombre preside el orden terrestre y condiciona cambios y extinciones”. Y agrego filosóficamente: “El pedoprofeno es una consecuencia del ibuprofeno”.
Noticias públicas procedentes de Washington afirman textualmente a través de la CHOCHI “La misteriosa desaparición de millones de abejas en todo Estrados Unidos tiene a los agricultores al borde del ataque de nervios y preocupa incluso al Congreso que debatirá este jueves la crítica situación de un insecto clave para el sector agrícola”.
En aras de la brevedad, no me queda otra alternativa que limitarme a señalarle a los colonos, científicos y congresistas americanos, que yo he descubierto la raíz del síndrome que los expertos han bautizado como “Problema del Colapso de las Colonias”. Es cierto que las abejas se están esfumando en Estados Unidos y otros países capitalistas. Tal fenómeno se debe a que los zánganos, machos de las abejas, influenciados por las leyes como la aprobada por Zapatero, en España, la cual autoriza el matrimonio entre homosexuales, y brinda a los transexuales la posibilidad de operarse de cambio de sexo a costa del erario público, se han declarado mariquitas. Ahora se llaman zanganas y todos/as aspiran a ser la reina de la colmena. Las reinas no tienen con quien hacer el amor y fallecen por exceso de masturbación.
Espero que mi descubrimiento apícola me haga, igualmente, merecedor del Premio Nobel del Zángano.
¡Por culpa del etanol el mundo está condenado a morir antes de que yo muera!



Autor: Héctor Peraza Linares

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