martes, 25 de septiembre de 2007

SATIRA

VERDADES COMO PUÑOS

Por Héctor Peraza Linares.

(Comentario del artículo del señor Eduardo Aguirre, excelentísimo embajador de EEUU en España, publicado en la sección Tribuna Libre del periódico El Mundo, el pasado martes 24 de abril)



En esencia, el embajador llama a unificar las actitudes y las acciones de Estados Unidos y la Unión Europea, con vistas a que ambas regiones del mundo dirijan sus miras hacia el logro de la transición y posterior democratización de Cuba.

“Si EEUU y la Unión Europea coincidieran públicamente en rechazar la transferencia de poderes dentro de la familia Castro, enviaríamos un impactante mensaje”.

Muchos países europeos pueden hacer suyo el párrafo siguiente:

“Al final, la Historia expone que, década tras década, el Gobierno de los hermanos Castro no merece credibilidad internacional para negociar de buena fe. Fingen participar en diálogos para ganar tiempo y proceder como les parezca. Ofuscan con sus renovados engaños a los países de buena voluntad que les quieren persuadir”.

Para ejemplificar que bajo Raúl Castro “el régimen no se reforma”, el señor Aguirre menciona que el pasado 17 de abril el periodista independiente cubano Oscar Sánchez Madan fue condenado en un juicio sumarísimo a cuatro años de prisión por <>.

“O sea, ejercer la profesión periodística. Algo que en EEUU, España y otros países de la Unión Europea, consideramos fundamental a nuestros valores, y parte esencial de nuestros derechos de libertad de expresión y libertad de prensa”.

Llama la atención que en este párrafo, como en otros, Eduardo Aguirre le otorga a España, una especial responsabilidad en cuanto a la solución del problema cubano.

“Partiendo de esa base, nos parece fundamental que los gobiernos democráticos, y especialmente los gobiernos de la Unión Europea, se solidaricen activamente, más allá de la retórica sutil, con el pueblo cubano. No con el Gobierno dictatorial de Cuba, sino con el pueblo cubano”. (El subrayado es mío).

Agrega, el distinguido jefe de la diplomacia norteamericana en España:

“Con más de 11 millones de almas que merecen comenzar el camino hacia la democracia y la libertad. Con lo que durante 49 años Fidel Castro y su selecta cúpula de gobierno le han negado a sus ciudadanos: los derechos humanos básicos, la libertad de expresión y el elemental poder de elegir a sus gobernantes a través de las urnas”.

Para nadie es un secreto que, a causa de la enfermedad de Fidel Castro, algo se tiene que estar moviendo dentro de la isla. Es un instante único. Especial. Trascendental. Mágico. Las fuerzas democráticas de EEUU y la Unión Europea tienen que saber aprovechar este impasse para contribuir decisivamente a que el pueblo cubano alcance la libertad que tanto necesita y merece.

“Estamos en una nueva etapa. Debido a su enfermedad, Fidel Castro ha transferido poderes a su hermano Raúl. Quizás éste sea el momento propicio para comenzar a ver una transición democrática en Cuba. El pueblo de Cuba merece poder escoger su futuro y disfrutar de una vida mejor”.

A continuación el excelentísimo embajador, con gran sentido común, apunta:

“El futuro de Cuba debe ser determinado por su propio pueblo. Ninguna solución política debe ser impuesta desde el exterior ni directamente desde los Estados Unidos ni desde ningún otro país. Sin embargo –recalca- las naciones democráticas deben encontrar la manera de solidarizarse con el pueblo de Cuba.”

Vuelve una y otra vez en su artículo sobre la idea central del mismo:

“Trabajando juntos con la Unión Europea esperamos una apertura política en Cuba que comience a crear condiciones para el establecimiento de una transición democrática”.

A renglón seguido desgrana esa idea:

“Esas condiciones incluyen la liberación de prisioneros políticos, el respeto de los derechos humanos, la creación de organizaciones independientes y la puesta en marcha de mecanismos y vías hacia unas elecciones libres e imparciales”.

El señor Eduardo Aguirre, quien fue durante dos años y medio el primer Director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, se refiere también en su artículo a la importancia de los contactos con la disidencia dentro de la isla:

“Todos juntos debemos enviar un mensaje político claro al régimen actual sobre el comportamiento inaceptable de la represión política, mensajes claros al pueblo de Cuba sobre nuestra voluntad de ayudarlos en esa marcha hacia la transición, solidarizarnos con los disidentes y dejar bien claro que la comunidad internacional quiere que Cuba forme parte de la comunidad de democracias del mundo”.

En cuanto a la posición actual de EEUU con relación al tema cubano, Aguirre, Doctor Honoris Causa por la universidades de Connecticut y Houston, así como por la universidad Tecnología de Santiago de República Dominicana, señala:

“Por nuestra parte, hemos incrementado los programas de asistencia y empatía hacia la sociedad civil cubana. Estamos ofreciendo apoyo y aliento para que los cubanos conecten entre sí y articulen pacífica y efectivamente sus deseos para fomentar los derechos humanos y el diálogo entre cubanos sobre el futuro de su país”.

Algo no tiene ni acepta la más mínima discusión: “no cabe vacilación en aceptar que Cuba está gobernada por una dictadura”.

Eduardo Aguirre, quien llegó a Estados Unidos a los quince años de edad en la Operación Peter Pan (niños no acompañados), y que presentó sus credenciales diplomáticas a S.M. el rey Juan Carlos I de España el 29 de junio de 2005, cierra su artículo con unos versos del vibrante Himno Nacional Cubano, compuesto por Perucho Figueredo:

“Los cubanos no merecen seguir viviendo en cadenas... en oprobios y afrentas
sumidos”.

La letra del Himno de Bayamo, nombre que también recibe el Himno Nacional Cubano, por haber sido en esa ciudad donde por primera vez se cantó, la noche del 20 de octubre de 1868, es la siguiente:

Al combate corred bayameses
que la Patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la Patria ¡es vivir!
En cadenas, vivir es vivir,
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido,
¡a las armas valientes corred!

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