martes, 25 de septiembre de 2007

SATIRA

LAS TRES ESPAÑAS
Y
LAS ELECCIONES DEL 27 DE MAYO
Por: Héctor Peraza Linares.


“Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre
Consejo de Don Quijote a Sancho


Madrid - En el país de la butifarra, la boina, el salchichón, las tonadilleras, la jota, el cuplé, las tapas, los tacos, el tiro de los tejos, los toros, el amolador de tijeras, la tortilla de patatas, y, también, de El Quijote y Sancho Panza, en las elecciones como las que tendrán lugar el domingo 27 de mayo, en este caso municipales y comunitarias, pues las presidenciales, de no ser adelantadas, serán en 2008, el odio a la derecha y el creer en los cantos de sirena del actual presidente del Gobierno, conforman, en buena medida, el voto de la izquierda.

Para esos millones de españoles no importa que cada vez con más insistencia se hable de que el atentado en los trenes de Madrid, el 11 de marzo de 2004, tiene todas las características de haber sido un golpe de estado para desbancar al Partido Popular del poder; ni que un terrorista, asesino de 25 personas, se pasee en régimen de pseudo libertad por calles del país Vasco; ni que el actual gobierno haya permitido la aprobación de un estatuto que otorga a la comunidad catalana privilegios sobre el resto de las comunidades autónomas; ni que el actual gobierno del PSOE, saltándose a la torera el pacto de “borrón y cuenta nueva” que trajo consigo la Transición, se dedique a remover las tumbas, y a desenterrar muertos y sectáreas historias, con el peligro que tales irresponsables acciones puede conllevar para el futuro de la nación española; ni que Extremadura, Castilla la Mancha y Andalucía, comunidades gobernadas por el Partido Socialista desde hace más de 20 años, sean las autonomías más atrasadas de España; ni que José Luis Rodríguez Zapatero (ZP), el presidente español, le brinde su apoyo, a través de su ministro de Relaciones Exteriores, al régimen dictatorial cubano, el más antiguo del planeta, dándole la espalda a los presos de conciencia y a la disidencia interna y, por ende, al pueblo cubano en su lucha por la democracia y la libertad de Cuba, la siempre predilecta hija de España.

Cientos de grupos mafiosos procedentes de Rusia, Europa del Este, China, Colombia y otros países del mundo actúan en la actualidad en territorio español. El efecto llamada, que en materia de inmigración ha provocado el gobierno, genera constantemente un gran tráfico de seres humanos y un aumento permanente de la trata de blancas, así como la muerte de miles de personas que perecen en el mar en su intento de arribar a tierras de España. Delincuentes con más de cien expedientes judiciales por robo siguen en libertad. Se respira inseguridad ciudadana.

Pero ZP dice que todo marcha bien. Una buena parte de la izquierda le cree, y, ciega y consecuentemente, según vaticinan las encuestas, le dará el voto a los candidatos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en municipios y comunidades autónomas.

Siempre se ha hablado de la existencia de dos “españas”. Es curioso comprobar que cualquier ciudadano de este país, con más o menos setenta años de edad, recuerda que, cuando la guerra civil, se oían, en las noches, los insultos que padres e hijos, o hermanos contra hermanos, se lanzaban desde las posiciones rojas y nacionalistas. En la histórica y heroica ciudad de Numancia, se afirma, combatieron numantinos en las filas de los romanos.

Parece ser que las “españas”, en lo tocante a elecciones, han pasado a ser tres: la España de la derecha, la de la izquierda, y la que da su voto a uno u otro bando político, sin fanatismo ni filiación ni preferencias preconcebidas. En esa última y decisiva franja hay contabilizados más de dos millones de españoles. Ellos son los que decidirán quién ganará en las elecciones del domingo, y, con posteioridad, en las generales. Estos votantes no parecen estar adormecidos e hipnotizados por los cantos de sirena del presidente ZP.

Las encuestas, en sentido general, pronostican que el Partido Popular mantendrá las comunidades en que hoy gobierna, entre ellas, la Comunidad Valenciana, la región de Murcia y Castilla y León. La plaza electoral en situación más difícil parece ser la Comunidad Foral de Navarra, de 600.000 habitantes y 272 municipios, situada al norte de la península ibérica.

En Navarra, en estas elecciones, se librará la batalla electoral de mayor trascendencia política para el futuro de España. En la noche del domingo millones de españoles estarán pendientes de lo que allí ocurra. No será una elección más como las que tendrán lugar en 8,111 municipios y en 13 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla. Navarra es la primera de las exigencias que ETA-Batasuna, y los nacionalistas vascos, le han hecho al presidente Zapatero para su mal llamado proceso de paz.

Se teme que ZP, si el proceso lo requiere, cederá cuanta exigencia le haga ETA-Batasuna, incluida Navarra. El propósito estratégico y explícito de la banda es que la comunidad Foral de Navarra pase a formar parte de un futuro País Vasco independiente. El status jurídico-político de esta región dependerá de que los navarros le den su voto mayoritario a los gobernantes partidos Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Covergencia de Demócratas de Navarra (CDN). Miguel Sanz, presidente del gobierno de Navarra desde 1996 y candidato de UPN, ha dicho: “Necesitamos tener mayoría para no ser moneda de cambio en los planes territoriales de Zapatero”.

La comunidad autónoma de Madrid, y el municipio donde está enclavada la capital de España, constituyen dos dominios políticos en poder del Partido Popular desde hace más de diez años. Madrid es la locomotora económica, política, cultural y social de la península ibérica. Expertos afirman que quien triunfe en el mencionado territorio, en las municipales y autonómicas, será el ganador en las presidenciales.

Las encuestas vaticinan que Alberto Ruiz Gallardón, alcalde del Partido Popular en el municipio de Madrid, revalidará la mayoría absoluta, sin la cual le sería muy difícil reelegirse en el mencionado cargo. En su aval, una excelente gestión en sus cuatro años de gobierno, cuyo buque insigne, en una larga e interminable lista de obras públicas, lo es el soterramiento y transformación de la calle M-30. Esta autovía interior, que constituía una “herida en medio de la ciudad y que dividía en dos la capital” según palabras del alcalde, transcurre ahora a través de modernos túneles, que han permitido la recuperación, para el disfrute de los seis millones de madrileños, del río Manzanares.

La siembra de millones de árboles, entre ellos miles de frutales, en un nuevo parque de un millón de metros cuadrados de extensión, la reducción de la accidentalidad en más de un 50 por ciento, la eliminación de 35 mil toneladas de gases de efecto invernadero por año, la posibilidad de que los habitantes de Madrid dispongan del río para diversas actividades lúdicas como la pesca, el piragüismo, clases de manejo de remos, sendas para caminantes y ciclismo, así como cafeterías y restaurantes, constituyen algunos de los beneficios que, a lo largo de ambas riberas del Manzanares, comienzan a tener los habitantes, visitantes y votantes de la capital española.

Por su parte, Doña Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, acude a estas elecciones con el orgullo de haber cumplido y sobre cumplido las promesas electorales que hizo a sus electores hace cuatro años. Por ejemplo, sólo en el tema de la salud pública, entre otros logros de importancia, en ese período se han edificado, y equipado, ocho hospitales y 56 centros de salud. La sanidad madrileña, además, ha logrado reducir a 30 días la espera máxima para una intervención quirúrgica. Es decir, que más de un millón de madrileños han estrenado algún tipo de infraestructura sanitaria en los últimos 48 meses.

Por otra parte, en la actual legislatura en la comunidad de Madrid se han construido 90 nuevos kilómetros de metro (30 más de los inicialmente comprometidos) y 80 estaciones. Esta “auténtica proeza”, como la ha calificado la ex presidenta del Senado y militante del Partido Popular desde hace 24 años, ha convertido al suburbano capitalino en la tercera red de metros del mundo, superada sólo por Nueva York y Londres, y en la primera en accesibilidad. Un millón de habitantes de la capital española se han incorporado como usuarios de la red, producto de la ampliación llevada a cabo por el aún vigente ejecutivo regional.

Con esos activos en sus respectivas alforjas políticas y administrativas, no es de extrañar que la totalidad de las encuestas den como ganadores, por mayoría absoluta en las elecciones del domingo 27 de mayo, tanto a Alberto Ruiz Gallardón como a Esperanza Aguirre.

Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, y ZP, cruzan sus espadas dialécticas a través de los medios y en diferentes mítines. El primero se perfila como el Zarkozy español. El segundo, como el Ségolène.

Zapatero intenta ganar las municipales, esgrimiendo, una vez sí y otra también, el fantasma de la guerra de Irak, así como la frase “cada voto que no vaya al PP servirá para que ETA vuelva a las instituciones” pronunciada por José María Aznar (en opinión de muchos expertos, el mejor presidente que ha tenido España en toda su larga historia y azote de los socialistas) hace unos días en Calatayud. Sin embargo, el discurso del inquilino de La Moncloa, para el español de a pie y el de coche, carece de proyecto de futuro, y de un positivo y tangible balance económico, político, social o cultural de sus más de tres años de gobierno, a no ser la ley que autoriza el matrimonio entre homosexuales. “Los insultos de Aznar – ha dicho ZP – merecen una respuesta de la democracia que es ir a votar masivamente por la convivencia y contra la crispación”.

En las últimas semanas varias sedes del Partido Popular han sido objeto de actos vandálicos.


Rajoy, a la gallega, con un chiste por aquí y otro por allá, una ironía por la mañana y otra por la tarde, con la verdad como columna vertebral de sus discursos, convierte las municipales en un plebiscito sobre la política antiterrorista del gobierno. El presidente del PP ha manifestado: “Zapatero pide el voto para legitimar sus cesiones a ETA y seguir en la misma línea en el futuro. Yo lo hago para defender la libertad y la derrota de ETA”. “La campaña de Zapatero no ha tenido ni una sola propuesta. Ha sido una campaña contra el PP, para derrotar al PP, para que no gane el PP. Pero un dirigente político no puede estar en política así. Tiene que plantear alguna idea, alguna razón y algún argumento”.

La mesa está servida a lo largo del mantel de piel de toro o de vaca, como se le llama a la geografía española, con cocido madrileño, paella valenciana, fabada asturiana, carnes de Ávila, sardinas del Cantábrico, vegetales de Murcia, bacalao a la bilbaína, arroz y huevos a la cubana, brazo gitano, canelones catalanes, gazpacho de Sevilla, Málaga y Cádiz, callos a la madrileña, intxaurlasa vasca, langostino a la española, lomo asado a la mediterránea, bacalao a la gallega, vino de La Rioja, lengua de cerdo en salsa de la cocina Navarra, y caparrones punto al estilo “Mala Leche” (como la de los polìticos en período electoral).


Las urnas a punto de abrirse en la España que ocupa, hoy en día, el primer lugar de la UE en número de divorcios con uno cada 3,7 minutos.


Tienen la palabra los quijotes y los sanchos. También la tienen, por supuesto, los de la tercera España, ésos que, al ejercer su voto, antes de matar al toro o vaquilla que llevan por dentro, en buen español de calle y programas de televisión, exclamarán:

¡Olé! ¡La madre qué te parió!

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